El bienestar animal en las explotaciones ha sido y será siempre un tema a debatir. Cada vez más los consumidores demandan productos que garanticen el bienestar de los animales y se exigen garantías de estas condiciones.
A principios de este año 2012 terminó el plazo para la modificación de las condiciones en las granjas productoras de huevo establecidas en Real Decreto 3/2002, de 11 de enero. En este RD se establecen las normas mínimas de protección de las gallinas ponedoras.
Independientemente de la ideología que tenga cada persona, siempre he pensado que el poder está en los consumidores, nosotros somos los que podemos decidir cómo queremos que estén estos animales. Para poder tomar una decisión lo más importante es tener un mínimo de información y huir de engaños baratos, puede que en la huevera del supermercado aparezcan unas gallinas dibujadas en un campo idílico, pero lo importante es fijarse en el huevo. Las cifras que aparecen en él son las que dan la información que nos hace elegir qué tipos de huevos queremos consumir.
Todos los huevos destinados a consumo humano deben cumplir con la normativa que les obliga a indicar, a través de una serie de cifras, la siguiente información:
El primer número que el que nos indica la forma de cría (normativa) Y es en lo que tenemos que fijarnos para diferenciar un huevo de producción ecológica de otro que no lo es.
Tipos de huevos
– 0, para la producción ecológica.
– 1, para la campera.
– 2, para la realizada en suelo.
– 3, para la de jaulas.
Las letras relacionan al Estado miembro correspondiente, después el código de la provincia, seguido de tres dígitos para el código de municipio donde radique el establecimiento, seguido de un código de siete dígitos que los identifique de forma única dentro del municipio.
Seguro que muchos de vosotros ya conocíais esta información pero nunca está de más repasar los datos necesarios para poder realizar un consumo responsable de acuerdo con nuestros principios. (La foto ha sido obtenida aquí)