El aumento en la superficie urbanizada, la contaminación y el uso excesivo de los pesticidas son las principales amenazas a las que se enfrentan las abejas en gran parte de las zonas industrializadas del planeta. Junto con estas amenazas existen otros factores, aun no conocidos, que están provocando el llamado “síndrome de despoblamiento de las colmenas”. Afortunadamente hay personas que se han convertido en guardianes de abejas.
El pasado mes de marzo el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advirtió que la producción mundial de alimentos podría disminuir si no se frena la muerte de estos insectos, recalcando que las abejas actúan como indicadores ambientales, anunciando con antelación las consecuencias que pueden tener nuestros actos sobre la fauna del planeta.
¿Qué es el síndrome de despoblamiento de las colmenas?
Este síndrome está relacionado con diversas causas, físicas, químicas y biológicas que haces que las abejas mueran en las colmenas. Es un problema que se está produciendo a nivel mundial, lo que ha hecho que muchos científicos y expertos sigan trabajando en encontrar una solución.
¿Quiénes son los guardianes de abejas?
Ante esta situación aparecen focos de esperanza llamados “guardianes de abejas”, personas que deciden criar y poner en libertad abejas en entornos hostiles para ellas, como son las ciudades.
La iniciativa de los “guardianes de abejas”, que ya se lleva a cabo en ciudades como Hong Kong y Nueva York, consiste en la distribución de pequeñas redes de colmenas y en el establecimiento de una red de personas que consuman la miel y la cera producidas por estas abejas urbanitas.
La labor de muchos de estos guardianes va más allá, impartiendo cursos sobre apicultura y formando a más personas que continúen esta importante labor.
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