Cuando quieres conseguir algo, especialmente algo importante, es raro que se logre a la primera, y mucho menos sin esfuerzo. Si buscas llevar una vida lo más sostenible posible, algo que a veces también es difícil, será raro que lo consigas de un día para otro.
Desde hace tiempo, y como ya sabréis porque lo he dicho muchas veces (sí, soy muy pesada), estoy intentando consiguiendo reducir mis residuos, el objetivo ideal sería llegar a residuos cero, y eso es algo muy muy complicado.
Para empezar, voy a definir el concepto en sí:
Residuo cero/zero waste: es una filosofía que impulsa un estilo de vida en el que los residuos generados son mínimos o nulos. Se prima la reducción de residuos muy por encima del reciclaje (que es básicamente lo contrario de lo que se hace actualmente).
La meta parece bastante complicada, ¿verdad? Porque cero es cero, y si te pones a contar toda la basura que se genera (reciclable o no) es mucha. De hecho, es tanta que parece imposible lograrlo y seguir llevando la misma vida que llevas.
Pero no te preocupes, todo se puede lograr, el mayor problema será el desánimo que sentirás en ocasiones. Por eso te dejo una serie de consejos que me he dado a mí misma en muchas ocasiones, y que espero que te ayuden a no tirar la toalla.
Si no puedes hacerlo todo, haz algo
Tan importante me parece este mensaje que incluso lo he puesto en el título del post. Y es que es verdad, de la noche a la mañana no lo vas a lograr, no intentes cambiar todo de golpe, pero valora cada esfuerzo que hagas. Si no te ves capaz de reducir a la mínima expresión tus residuos, haz aquello que te veas capaz de hacer. Por poco que te parezca será importante, pues será el primer paso que te lleve a tomar otras decisiones.
No te desanimes por lo que se haga en tu entorno
Que tú vayas con tu termo reutilizable y te cruces con 20 personas con tazas desechables no quiere decir que lo que haces tenga poco valor. De hecho, dota a tu decisión de un mayor significado. Ir contracorriente no es fácil, pero quién sabe, puede que seas la inspiración que haga que otra persona cambie de actitud.
Lo eco no tiene por qué ser peor, feo o aburrido
Y si crees que es así, solo tienes que seguir buscando. A mí me pasaba cuando pensaba en la ropa de segunda mano (sí, eso también es reducir residuos). Pensaba en ello y me imaginaba ropa vieja o fea. Tras investigar un poco, descubrí que hay opciones muy buenas donde no solo puedes encontrar ropa nueva o casi nueva, si no que las hay para todos los gustos. Al igual que en este caso, en todo hay opciones diferentes. La opción eco no tiene por qué ser peor que lo no eco. Solo es cuestión de seguir buscando hasta encontrar lo que te gusta.
Cuenta lo que haces pero sin obligar a nadie
Si sale el tema, no dudes en contar las razones por las que haces lo que haces. Por ejemplo, por qué has decidido vender la ropa que no usas o por qué llevas una botella de aluminio siempre contigo, pero lo más importante es que no juzgues a las personas que no lo hacen. El ejemplo siempre es mejor que las palabras y si ven que lo que haces es más fácil, más económico, más sencillo o simplemente más ecológico cambiarán de opinión sin que tú se lo repitas día tras día.
Ten claro que siempre, siempre, siempre vas a seguir aprendiendo
Es más, te vas a confundir muchas veces. Te pongo un ejemplo que me ha pasado a mí: los residuos que estoy tratando de eliminar primero son los residuos plásticos, por eso me pasé al champú sólido. Hasta aquí todo bien, el problema es que tampoco esto es tan fácil de encontrar así que decidí comprarlo por Internet pero, cuando llegó el paquete, el embalaje tenía más plástico que casi cualquier otro champú. Lección aprendida, buscaré otro sistema de compra. Y como este caso, seguro que pasarán muchos más.
Espero haberte ayudado y, si tienes algún otro consejo, te animo a participar.