El típico olor a lluvia que todos notamos, incluso antes de que veamos que llueve se debe, principalmente, a una bacteria, Streptomyces coelicolor que produce una sustancia química llamada Geosmina.
La mayor abundancia de este olor en las tormentas de verano nos puede llevar a pensar que este olor está asociado al aparato eléctrico que se produce durante éstas, sin embargo, los investigadores achacan la ausencia de este olor en invierno a que las bacterias que producen este olor, crecen en ambientes cálidos y secos, produciéndose la reproducción con esporas en situaciones cálidas y húmedas. Siendo, por tanto, estas condiciones más propias del verano que del invierno.
Así que ya sabéis, aprovechad estos días de lluvia para disfrutar de este olor que en invierno no podréis relajaros mientras notáis con los 5 sentidos las lluvia.