A principios de este mes de octubre se celebró el Día Mundial de las Aves, con este motivo en diversos puntos de España se realizaron actividades educativas y muy interesantes como cursos, charlas, talleres de interpretación de cantos, excursiones guiadas para la observación de distintas especies, etc.
Lamentablemente, esos mismos días también fue necesario realizar actividades como “la búsqueda de perdigones”, y es que cada año mueren miles de aves envenenadas por el plomo que contienen estos proyectiles. Esto es lo que se conoce como plumbismo.
Las aves más afectadas por este problema son las acuáticas, pero el plumbismo extiende sus efectos a aves rapaces, mamíferos (incluido el hombre), e incluso se pueden dar casos en especies en peligro de extinción.
Intoxicada, acumulará el plomo que ésta contenía, de esta forma, el plomo se “transporta” en los seres vivos, causando los mismos daños con distinto grado de gravedad dependiendo del tamaño y características del animal al que intoxique.