Si fumas deberías dejarlo ya. Primero porque es malo para tu salud, pero es que además fumar perjudica seriamente el medioambiente. Probablemente en tu entorno ya te habrán comentado todos los beneficios que tendrías si dejases de fumar: mejoraría tu salud, ganarías calidad de vida y también sería un gran ahorro para tu bolsillo. Si esta lista de aspectos positivos te parece corta, ahora puedes añadir también que dejar de fumar supondría dejar de dañar el medioambiente.
El tabaco mata, desde la semilla a la colilla
El tabaco contamina y daña el medioambiente mucho antes de convertirse en residuo. Muchas de las plantaciones se asientan sobre terrenos que antes eran bosques. Pero más allá de eso, la industria del tabaco necesita muchos más árboles.
Uno de los procesos que más madera consume es lo que se llama curar las hojas de tabaco. Este proceso consiste en secar las hoja, normalmente mediante la quema de madera. Además de la madera que se quema, se necesitan árboles para hacer los postes y las cabañas. Se estima que para hacer 300 cigarrillos se necesita talar un árbol adulto.
Después de la fabricación, el transporte y el consumo, el daño del tabaco continúa su curso. Las colillas son tiradas sin ningún miramiento en cualquier sitio y, debido a la variedad de contaminantes que tienen, siguen provocando daños en el medio.
Si va a parar al agua, una colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua potable, que es más o menos la cantidad de agua necesaria para ducharse una persona. En el suelo, los lixiviados provocarán también que se expandan sus contaminantes.
Las colillas están en cualquier sitio
Desde las playas, donde es habitual encontrarlas, las calles, o en los depuradoras de agua. Las colillas son fáciles de encontrar en cualquier sitio. La mayoría de las colillas son tiradas al suelo, y aunque lleguen a ser depositadas en el contenedor de resto (normalmente de color gris) no reciben ningún tratamiento.
Y las colillas, tan pequeñas como parecen, duran lo suyo en el medioambiente. Esto se debe a que los filtros no son biodegradables y pueden tardar hasta 3 años en desaparecer.
¿Cómo luchar contra este enemigo de la salud y el medioambiente?
Según el informe publicado en 2009 en «International Journal of Environmental Research and Public Health», luchar contra este tipo de residuo podría hacerse mediante varias vías:
- Etiquetado. Un etiquetado que permita informar a los consumidores de la biodegradabilidad de los filtros del tabaco.
- Depósito/devolución. Al comprar el nuevo paquete de tabaco habría que devolver las colillas del anterior. Un sistema parecido a lo de devolver el caso.
- Impuesto sobre residuos. Al igual que gravar el daño provocado en la salud y el coste que suponen a la seguridad social los tratamientos asociados al tabaquismo, se plantea introducir un impuesto para la contaminación.
- Mediante litigios. Estableciendo la prohibición de fumar en ciertos lugares. Esto es algo que ya se ha hecho en algunas playas españolas.