Con la llegada de la primavera oigo una voz en mi cabeza (no te asustes, no es locura), de hecho estoy convencida de que tú también la has escuchado. Es esa vocecita que te dice que la camiseta que compraste hace solo unos meses ya no se lleva, a la vez que te señala lo bonitas que son las que están ahora en el escaparate. Todos hemos oído, y también hecho caso, a esa voz. Me incluyo en ese grupo. Lo importante es aprender a callarla para que deje de molestar.
La obsolescencia percibida
Esta vocecita tiene nombre, se llama obsolescencia percibida. Ya conocemos de sobra, y por desgracia, a la obsolescencia programada, pero hay más tipos de obsolescencia y formas de combatirlas. Esta es más desconocida. El ejemplo más claro de esta obsolescencia es la ropa, ya que es fácil variar los diseños un poco para crear una sensación de necesidad en el consumidor. Esa sensación de que lo que llevas ya no está de moda.
Hacer que esa voz cada vez hable más bajito está en tu mano:
Compra solo ropa que te encante
Sí, única y exclusivamente ropa que te apasione, que desees tener. No salgas a comprar porque te apetece, porque tienes tiempo libre o porque necesites algo (la mayoría de las veces esa necesidad no es tan urgente). Haz que cada vez que te vistas te sientas bien, y no solo con ropa que compraste porque era lo que tocaba.
Compra ropa por la calidad y no por la cantidad
La razón no puede ser más simple, la valorarás más y te dará más pena dejarla olvidada porque recordarás el dinero que invertiste. Buscarás con qué combina y cómo puedes seguir utilizándola. Esto es menos probable que pase si te has gastado poco dinero. Además, la ropa barata es de menor calidad y tiene un impacto muy grande en el planeta.
No dejes que jueguen contigo
Tener estilo no tiene nada que ver con llevar lo último que ha salido en el mercado. Es algo más. Una forma de ser y de saber sacar partido a lo que tienes. No quiero decir que no vuelvas a comprar ropa, sino que lo hagas porque es algo que quieres y te hace sentir bien (y no solo a corto plazo). Si aquella prenda que tanta ilusión te hizo comprar acaba en el fondo del armario a las pocas semanas es porque los motivos que te llevaron a comprarla no eran tan buenos.
Por último, te dejo un par de entradas que te pueden servir de ayuda con el tema de la ropa:
En el caso de que quieras repararla
En el caso de que quieras venderla
¿Tú también oyes esa vocecita? ¡Cuenta tu experiencia!
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Hola Isa, me he sentido muy identificada con tu artículo! Recuerdo una época (no muy lejana) en la que salía a darme una vuelta por las tiendas como ocio para ver si veía algo que me gustara :S
En lo que va de 2017 no he comprado nada de ropa ni complementos. Me he propuesto que así sea el resto del año para usar realmente todo lo que ya tengo y ser consciente de lo que almacenamos y tenemos sin necesitar!
Gracias por el blog, lo acabo de descubrir y me ha encantado! :)
Yo no es que antes comprase mucha ropa, pero sí barata, y después, al ver que se ponía fea a los pocos usos la dejaba en armario.
Ahora intento invertir un poco más de dinero y comprar menos prendas, a la larga supone un ahorro. Se nota sobre todo en los zapatos, antes me duraban muy poco y aunque los llevaba al zapatero para reparar, a los pocos menes tenían un aspecto horrible. Ahora prefiero gastarme más pero que me duren varios años.
Un beso y encantada de que pases por aquí y de que te guste lo que lees.
Saludos