Como ya os conté, hoy toca una entrada especial, es la primera vez que alguien que no soy yo escribe en este blog. La entrada es distinta a la que estáis acostumbrados a leer por aquí, pero también está relacionada con la conservación de la naturaleza.
El invitado en Daniel Pinto Carrasco, biólogo, futuro doctor en botánica y, lo más importante, el responsable de que no muera envenenada cuando vamos a buscar setas.
Además de las plantas, también le gusta observar y conocer al resto de seres vivos y nos va mostrar cómo, desde varias aficiones, se puede contribuir a la conservación y conocimiento de la naturaleza.
Os dejo con la contribución al blog:
Una de las máximas, a la hora de abordar de forma seria la conservación de la naturaleza, es conocer aquello que se pretende conservar. De hecho, se dan casos en los que especies muy amenazadas no se protegen y otras más comunes aparecen en las listas de especies amenazadas. En ambos casos, la falta de información sobre las especies hace que los esfuerzos conservacionistas sean poco eficientes. Os pondré un par de ejemplos:
Ejemplo 1: El olmo
El primero es el del olmo pedunculado (Ulmus laevis Pallas). Tradicionalmente, se ha considerado que este olmo era una especie alóctona en la Península Ibérica, y por lo tanto no se ha hecho ningún esfuerzo desde las administraciones para protegerlo (pese a que no se conocen más de 700 árboles adultos en todo el territorio; Venturas & al., 2013). Sin embargo, hace poco tiempo se demostró que esta especie es totalmente autóctona (Fuentes-Utrilla & al., 2014), y por lo tanto merece ser protegida. Y más aun teniendo en cuenta que la grafiosis también afecta a esta especie.
Ejemplo 2: Odontites
El segundo ejemplo es el de la Algarabía de Pérez Lara (Odontites foliosus Pérez Lara). Cuando se comenzó a estudiar este género para el proyecto Flora Ibérica (Rico, 2009), el número de poblaciones conocidas era muy pequeño y se decidió incluir esta especie en la Lista Roja 2008 de la Flora Vascular Española (Moreno, 2008) como En Peligro de Extinción. La posterior localización de un buen número de poblaciones nuevas, tanto por botánicos profesionales como aficionados, ha permitido rebajar ese grado de amenaza hasta Vulnerable (VU; Sánchez García, 2016).
En el caso de las plantas, reunir información útil es en cierto sentido fácil, si lo comparamos con el estudio de los animales. Su modo de vida sésil hace que una vez encontrada la población a estudiar, se puedan hacer mediciones, seguimientos, toma de muestras, etc. sin mayores inconvenientes.
Observación de animales
Sin embargo, la mayor parte de los animales son móviles, de modo que no solo hay que encontrarlos la primera vez, sino todas y cada una de las veces que se quiera tomar algún dato. Además, en el caso de los mamíferos, muchos de ellos son huidizos y de hábitos crepusculares/nocturnos. Esto hace que muchas veces solo podamos observar sus rastros (huellas, excrementos u otras señales de su presencia) para, a través de ellos, conocer sus poblaciones y hábitos. Para poder obtener más información se han desarrollado un buen número de aparatos, cada vez más tecnológicos, desde unos simples prismáticos hasta emisores de señal GPS pasando, entre otros, por trampas, cepos y radiotransmisores.
Uno de los aparatos más usados para el estudio de la fauna, es la cámara de fototrampeo (cámara trampa o trail cam). La cámara trampa se inventó a finales del siglo XIX, y consistía en una trampa con un cebo y una serie de resortes que accionaban la cámara (ver Fig. 1 de González-Esteban & al., 2004). A lo largo del tiempo se han mejorado los equipos, y actualmente se usan mayoritariamente cámaras digitales de gran capacidad de almacenamiento (32 GB), gran calidad de imagen (12 mpx), accionadas por sensores de movimiento PIR, con flash de luz infrarroja, y capaces de hacer tanto vídeos como fotos.
El uso de cámaras trampa ha permitido conocer, entre otras muchas cosas, el área de distribución de especies amenazadas como el visón europeo (González-Esteban & al., 2004), o para el tamaño poblacional del lince ibérico (Garrote & al., 2012).
Cualquier persona puede colaborar
Sin embargo, su uso no se restringe al ámbito académico o administrativo. Cualquier persona que esté interesada en el estudio o contemplación de la naturaleza puede comprar su propia cámara trampa a precio relativamente barato (hay en el mercado cámaras bastante decentes por 120-170 euros, y muy fáciles de usar). Además, existen plataformas de colaboración ciudadana como por ejemplo: Biodiversidad virtual, que permiten aglutinar los datos generados por cientos de usuarios. De esta manera, cualquier persona puede poner su granito de arena para el conocimiento de las especies.
Para promover el uso de estas cámaras, la tienda online Fototrampeo.es (uno de los miembros fundadores de la Asociación Internacional de Fototrampeo) organiza cada año por estas fechas un concurso de fotografía y/o vídeo. Este año el concurso es fotográfico, y las fotos están expuestas en Facebook. Cualquier persona puede votar dándole a “Me Gusta” a la foto correspondiente, o mandando un email a fototrampeo@fototrampeo.es, haciendo constar el número de la foto/s a las que queréis votar.
La que yo he presentado es la nº 10. El animal fotografiado es un pequeño mustélido bastante difícil de observar: el armiño (Mustela erminea L.). Podéis encontrar bastante información de esta especie en el blog Exposición Natura Ibérica, en su ficha en la Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles y en este PDF del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.
Mi contribución
Mi pequeña contribución al conocimiento de esta especie es corológica. Su distribución natural se extiende por el Norte de los tres continentes que rodean el Océano Ártico: Europa, Asia y Norteamérica. En la Península Ibérica habita, sobre todo, en las montañas frías de la España húmeda, sobre todo Pirineos y la Cordillera Cantábrica. Además tiene algunas poblaciones, de muy pocos individuos y poco conectadas, en la Meseta Norte (Burgos, León, Palencia, Valladolid y Zamora), y Norte de Portugal. Teóricamente, el límite Sur del área de distribución del armiño en la Península Ibérica es el río Duero. El río actuaría de barrera para que esos animales no llegasen más al Sur. Sin embargo, esta foto está tomada un par de kilómetros al Sur de dicho río.
El Duero actuaría de barrera para que esos animales no llegasen más al Sur. Sin embargo, esta foto está tomada al Sur de dicho río.
El nombre que he puesto a la foto, «Allendeduero» (al otro lado del Duero), se debe tanto a esta peculiaridad corológica, como a que la toma se realizó muy cerca del Polígono Industrial Allendeduero de Aranda de Duero, cuyo nombre quiere decir, precisamente, al otro lado del Duero (aquende = a este lado, allende = al otro lado).
Desde estas líneas os animo a participar en el concurso (si tenéis alguna foto que se ajuste a las bases del mismo), y a votar por las fotos que más os gusten.
Bibliografía citada
Fuentes-Utrilla, P., Venturas, M., Hollingsworth, P.M., Squirrell, J., Collada, C., Stone, G.N. & L. Gil (2014) Extending glacial refugia for a European tree: genetic markers show that Iberian populations of white elm are native relicts and not introductions. Heredity 112: 105–113
Garrote, G., Gil-Sánchez, J.M., McCain, E.B., de Lillo, S., Tellería, J.L. & M.Á. Simón, (2012) The effect of attractant lures in camera trapping: a case study of population estimates for the Iberian lynx (Lynx pardinus). European Journal of Wildlife Research 58(5): 881-884.
González-Esteban, J., Villate, I. & I. Irizar (2004) Assessing camera traps for surveying the European mink, Mustela lutreola (Linnaeus, 1761), distribution. European Journal of Wildlife Research 50: 33–36
Moreno, J.C., coord. (2008). Lista Roja 2008 de la flora vascular española. Dirección General de Medio Natural y Política Forestal (Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, y Sociedad Española de Biología de la Conservación de Plantas), Madrid, 86 pp.
Rico, E. (2009) Odontites Ludw. In: Benedí C, Rico E, Güemes J, Herrero A, eds. Flora iberica XIII. Madrid: Real Jardín Botánico, CSIC: 473-495.
Sánchez García, I. (2016) La Algarabía de Pérez Lara, Odontites foliosus, una de las joyas de la flora gaditana. El Corzo 4: 132-142
Venturas, M., Fuentes-Utrilla, P., Ennos, R, Collada, C. & L. Gil (2013) Human-induced changes on fine-scale genetic structure in Ulmus laevis Pallas wetland forests at its SW distribution limit. Plant Ecology 214(2): 317–327