A partir de la entrada en vigor del Real Decreto de reducción de bolsas de plástico, los supermercados han empezado a realizar ciertas acciones para hacer ver que ellos se unen a la lucha contra el plástico.
Lamentablemente, no han hecho algo tan simple como lo que se pide en campañas como DesnudaLaFruta y han optado por otras medidas, que si bien sí reducen el plástico, aumentan el consumo de otros materiales como el papel o el cartón.
Algunos ejemplos de estos cambios son:
- Cambiar las bolsas de plástico por las de papel, como es el caso de Lidl o Mercadona.
- Poner cajas de cartón en vez de bolsas de plástico, como Mercadona o Carrefour.
Sin duda puede parecer que estos materiales son mucho mejores que el plástico, pero no nos engañemos, el coste ambiental de producir bolsas de papel y cajas de cartón también es elevado.
¿Y si tan solo estamos cambiando el plástico por el papel o el cartón? ¿Nos estamos conformando con materiales que son iguales o peores que el plástico? Estas medidas no me convencen porque los materiales alternativos distan mucho de ser perfectos:
1.- No se pueden reutilizar muchas veces
En el caso de que el cliente haya elegido una caja de cartón o una bolsa de papel para hacer su compra y desee reutilizarla, lo puede hacer, sin embargo estos materiales materiales tienen una vida útil más bien corta. Y aunque personalmente no las he probado, apuesto a que no duran más de 5 o 6 usos.
Si lo comparamos con las bolsas de tela, que duran años, no tiene ningún sentido usar estos elementos para hacer la compra.
2.- No son más prácticos
Vale. Supongamos de nuevo que un cliente quiere reutilizar las bolsas de papel o la caja que compró en su día. Tan solo la tiene que llevar de nuevo al supermercado en su próxima compra. Ahora bien, si lo comparamos con las bolsas de tela y su facilidad de transporte, estas nuevas opciones que ofrecen los supermercados también salen perdiendo.
Si decides llevar las bolsas de tela, las puedes guardar en el bolso, en los bolsillos del abrigo, en la mochila o incluso en los bolsillos del pantalón. Bien, pues intenta guardar una de esas bolsas de papel en tus bolsillos, es imposible. De las cajas ya ni hablamos.
3.- No son menos contaminantes
Puede que nos hayamos centrado tanto en el tema del plástico que se nos haya olvidado que lo importante en realidad es dejar de consumir productos destinados a usar y tirar.
4.- No resuelven el principal problema
Es verdad que tenemos un problema con el plástico, pero tenemos un problema mucho mayor con nuestra forma de consumir, y ese problema no se resuelve cambiando una bolsa de plástico por una de papel.
Sé que puede parecer una postura muy extrema, pero lo ideal sería que no se ofreciese ningún tipo de bolsa en los supermercados. Si se hiciese así, tras el periodo de adaptación nos acostumbraríamos a acudir a comprar con nuestras propias bolsas. ¿De verdad crees que sería algo tan complicado? ¿Crees que tu vida se vendría abajo por este simple hecho? Seguro que no, pero en poco tiempo lograríamos acostumbrarnos a reducir estos residuos de manera sencilla, y aunque esto solo sea un pequeño paso en todo lo que tenemos que conseguir, lograríamos demostrar lo que se puede hacer con un poco de voluntad.
5.- Suponen un claro ejemplo de greenwashing
Entonces, si no se mejora el impacto que provocan en el medioambiente las bolsas de plástico, ¿por qué ellos lo anuncian como si sí fuese beneficioso? La respuesta es sencilla: grenwashing. Tan solo es un engaño que utilizan para no abordar medidas realmente necesarias, pero lo presentan como si realmente estuvieran haciendo algo en beneficio del planeta.
Los supermercados tendrían la capacidad de liderar el cambio. Desde la campaña DesnudaLaFruta hemos pedido algo tan sencillo como que permitan y fomenten el uso de bolsas de tela para pesar la compra a granel, pero pocos son los que respondieron de manera positiva y ninguno se ha animado a hacer este cambio tan sencillo.
Si quieres, te animo a que tú también les pidas que cambien, entre todos podremos lograrlo.