Cuando me preguntan cómo o por qué me empecé a interesar por la vida sostenible o por el medioambiente siempre me viene a la cabeza mi infancia. La verdad es que en mi casa siempre se tuvo muy presente eso de ahorrar agua o la importancia de reciclar y no despifarrar alimentos.
La verdad es que lo que se aprende de pequeños, no se olvida, por eso es tan importante inculcar hábitos sostenibles a los más pequeños. Puede parecer complicado, pero los niños están deseando aprender. Si les explicamos las cosas de forma clara, son capaces de sorprendernos.
Hay gran cantidad de hábitos buenos que les podemos inculcar. Si quieres empezar por algo sencillo, puedes elegir entre estos o entre otros que se te ocurran.
Saber diferenciar los distintos materiales y contenedores
Vamos, que aprendan a depositar los residuos correctamente en los contenedores. Solo hay que enseñarles a diferenciar los principales materiales, vidrio, papel – cartón y plástico. Después, dejar que ellos mismos sean los que digan donde va cada cosa a la hora de desechar los residuos. En unas semanas seguro que no fallan ni una. Si ya queremos que sean expertos, podemos hacer alguna «excursión» a un punto limpio. Así verán que todo se puede reciclar. Mis sobrinos se hacen un poco de lío con el contenedor de resto, pero por lo demás lo tienen dominado. (¡Ay!, que se me cae la baba…)
Entender que no necesitan todo
No porque no puedan, los niños suelen querer cosas baratas, sino porque no lo necesitan. Este hábito es más complicado, pero es el más importante de todos. Hay que evitar frases como:
– No tenemos dinero.
Y cambiarlo por:
– Eso no lo necesitamos.
No se trata de que los niños crezcan sin juguetes, sino de que sepan que no necesitan poseer todo lo que ven. Esta idea no es sencilla, pero en el momento del antojo es bueno recordar todo lo que tienen en casa. Ya sé que no es tarea fácil y puede que digas que hablo así porque no tengo hijos, pero es algo indispensable para no crear a futuros consumidores compulsivos.
Tener cosas de segunda mano… o vender lo que tienen
Mostrar que no pasa nada por tener un juguete o ropa de segunda mano es algo sencillo, sobre todo si los padres lo hacen habitualmente. Si ven que segunda mano no es sinónimo de viejo y les explicamos que es una forma de evitar residuos, crecerán dentro de la economía del futuro, la economía circular.
También puedes vender parte de sus cosas que ya no usen y se encuentren en buen estado. Déjales participar en el proceso, ya sea si haces la venta online o en una tienda física, deja que te acompañen y que colaboren en todo el proceso. Como recompensa, pueden recibir parte del dinero obtenido.
Ahorrar agua y electricidad
Ahorrar agua y electricidad implica un montón de hábitos sostenibles. Lo importante de estos hábitos es recalcar que no se hace solo por el dinero, sino por el planeta. Aunque se pueda pagar la factura, no se quieren pagar las consecuencias del despilfarro.
Se puede empezar por lo típico, cerrar el grifo al lavarse los dientes y las manos y seguir con la recogida de agua de la ducha mientras esperan a que salga caliente. Deja que ellos también aporten ideas, seguro que se les ocurren cosas sorprendentes.