Las bolsas de plástico, consideradas las grandes representantes de la cultura de un solo uso, y también una forma cómoda de transporte y no tan nociva si se tienen la consideración de volverlas a utilizar.
La polémica empezó a tener sentido hace unos años, cuando varios supermercados comenzaron a retirar su uso gratuito. Unos vieron la oportunidad de reducir los residuos, otros una forma más de recaudar dinero, y por otra parte, los fabricantes de bolsas, que vieron como su producto, vendido años atrás sin ningún problema, se convertía en el foco de muchas críticas por parte de los ecologistas.
La realidad es que este tipo de bolsas tienen un escaso porcentaje de reciclado, aproximadamente el 10%, menor que los envases de plástico, y aunque este porcentaje fuese mayor, su vida útil suele ser muy corta en relación con su coste ambiental.
La bolsa biodegradable surgió como una alternativa que podría contentar o todos, sin embargo no todo es tan fácil, en España no hay un sistema que gestione estos elementos, por lo que tampoco se podrían reciclar correctamente.
La alternativa más positiva desde el punto de vista ambiental son las bolsas reutilizables, de tela o de materiales más resistentes que el plástico, nos permiten ser más respetuosos con el medio ambiente, siempre y cuando no se nos olvide llevar la bolsa cuando salimos a comprar.
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