Igual que en mis sueños infantiles, resulta que también existe un lago rosa, aunque a diferencia del lago que yo imaginaba en mi infancia este lago no es rosa porque sea de batido de fresa, sino que su color rosáceo se debe a un pigmento producido por una bacteria.
El lago se encuentra en Senegal y contiene una elevada concentración de sal, la cual es una fuente de ingresos para los habitantes de la zona. Precisamente su alto grado de salinidad es también responsable de que ciertas bacterias produzcan un pigmento rojizo para protegerse, dando esta coloración tan poco habitual.