Ni este ni ninguno. Por si todavía no sabes a lo que me refiero con la palabra «veroño», te cuento que es la palabra que se usa para definir la época de otoño en la que hace el mismo calor que en verano. Vamos, lo que estamos viviendo ahora.
El veroño no existe, es el cambio climático
Puede que la palabra te haga gracia, y que incluso disfrutes de este tiempo. Yo que llevo el frío fatal también agradezco poder seguir usando sandalias. Pero la verdad es que esto no es normal, es un síntoma claro de que el clima está cambiando y eso tiene grandes consecuencias. Así que no te engañes, esto no es buen tiempo, por muy agradable que sea estas temperaturas no son buenas.
Las consecuencias de estos cambios
Algo no va bien, no porque este año haga calor en esta época, lo malo es que se está convirtiendo en algo habitual. Si solo fuese un año no habría problemas.
La importancia de este tema se encuentra en que poco a poco, pero lo suficientemente rápido para impedir la adaptación de animales y plantas, las estaciones y la temperatura van cambiando.
Las plantas y sus polinizadores no se encuentran
La aparición de las hojas de los árboles se ha adelantado y su caída se ha retrasado a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado. Esto podría ser solo una curiosidad, pero se ha convertido en una tendencia cuyas consecuencias no se pueden llegar a definir de manera exacta.
No todas las especies vegetales y animales reaccionan de la misma manera a los cambios. Digamos, de una manera muy simple, que algunas plantas «acumulan» un determinado número de horas de calor o frío para florecer. Por otro lado hay insectos cuyos ciclos están relacionados con la cantidad de horas de luz. Imagina ahora que esa planta y ese insecto tienen una relación polinizador-polinizado. Si el desacoplamiento es demasiado grande, no coincidirán flor e insecto, impidiéndose la polinización. Y no hace falta que te cuente la importancia de la polinización, ¿verdad?
Los animales no encuentran su alimento
El mismo desacoplamiento se puede producir en animales. Si una especie de pájaro sigue los patrones tradicionales de cría y los insectos de los que se suele alimentar no están disponibles en esa época, la tasa de supervivencia de los mismos disminuirá.
Y los ejemplos podrían ser muchos más. Lo importante es darnos cuenta de que estas temperaturas tienen su cara y su cruz.