Lo del plástico y el mar viene de lejos, y lamento decirlo, pero está lejos de solucionarse. y no es el único residuo que amenaza los océanos. Para darle la vuelta a este asunto han aparecido distintas iniciativas que utilizan el plástico que llega hasta la costa para transformarlo en objetos útiles, y de paso, concienciar sobre este problema.
Por una parte, la empresa Ocean sole, se propone limpiar las costas de Kenia. Hartos de que las chanclas perdidas de mucha gente llegasen hasta ellos decidieron reunirlas y hacer con ellas juguetes y esculturas que sirviesen para concienciar a la población de los peligros del plástico en el océano y dar trabajo a un centenar de personas.
Otro proyecto de concienciación llevado a cabo en 2002 fue “Silla de Mar». En la que se crearon sillas fabricadas exclusivamente con plástico recogido del mar.
Cada una de las sillas llevaba una nota en la que se detallaban las coordenadas de los lugares en los que se recogió el plástico. Este proyecto iniciado por Studio Swine y Kieren Jones y aunque las sillas no se producen para su comercialización actualmente, dejó como este bonito video que sirve de concienciación.
Otro caso, no tan artesanal, pretende usar el plástico que ensucia nuestros océanos para hacer bobinas que posteriormente se pueden usar en impresoras 3D. The Plastic Bank genera un beneficio más allá del ambiental, ya que parte de las personas involucradas se encontraban en riesgo de exclusión social.
Todas estas iniciativas me parecen geniales pero sobre todo, deberíamos hacer todo lo que esté en nuestra mano para reducir nuestro consumo de plástico, en muchas ocasiones solo tenemos que cambiar pequeños hábitos para conseguirlo.