¿Te imaginas levantarte y que tu vecino fuese algo así como un amigo, un compañero o simplemente alguien en quien confiar? Esto que parece tan sencillo en realidad no lo es, o ¿Cuántos de vosotros os lleváis realmente bien con vuestros vecinos?
El cohousing es mucho más que esto, supone tener tu vivienda privada pero además disponer de lugares comunes en los que el sentimiento de comunidad cobra sentido y es verdadero. Puede que este espacio común sea una biblioteca, una lavandería, un huerto en el que trabajar y obtener alimentos o un lugar en el que los niños puedan jugar. No hay una fórmula universal ya que cada uno de ellos está diseñado por la comunidad que lo habitará.
El cohousing verde se basa en principios de sostenibilidad, desde los materiales de construcción hasta el tipo de energía que abastecerá las casas.
Por ejemplo en este tipo de viviendas, los vecinos se pueden poner de acuerdo para elaborar el jabón a partir de aceite usado o bien para compartir vehículo en sus transportes habituales. No hay límites marcados ya que, como dije antes, cada uno de estos núcleos de convivencia están diseñados por sus habitantes.
Puede que esta idea te parezca algo que solo puede encajar con aquellos que disfrutan viviendo en el campo y ¿Qué pasa con los que les gusta la ciudad? Pues también pueden disfrutar del cohousing, solo hay que encontrar un grupo de personas que quieran cambiar el mundo empezando por su casa. Esto puede parecer, y de hecho es, muy complicado, por ello durante este proceso se puede contar con ayuda de profesionales que aportan su experiencia y asesoramiento.
A mí la idea del cohousing me resulta interesante, ¿A vosotros también?
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