Hoy tenemos un post especial, un invitado ha querido compartir su proyecto y su pasión en el blog. Se trata de Diego Sanz Prieto, un ingeniero informático que tras pasar un tiempo viajando decidió dedicar su talento a hacer del mundo un lugar un poco mejor. Aquí nos presenta su proyecto: Reforestum, una aplicación que ayuda a compensar tu huella de carbono y que él considera su «bebé».
Os dejo con él.
Hoy me gustaría repasar dos conceptos que están en boca de todos: ecología y sostenibilidad. Sin embargo, ocurre que a veces un término se repite tanto que perdemos la visión de lo que realmente significa.
Cuando hablamos de sostenibilidad y ecología inmediatamente pensamos en reciclaje, en comida orgánica, en el uso de transportes sostenibles…. En general, las personas que somos más sensibles con el medio ambiente queremos cuidarlo y protegerlo.
Es un tema muy emocional y una cuestión de valores y, seamos honestos, nos fastidia ver como otras personas, empresas, gobiernos o políticos transgreden las reglas básicas y dañan el planeta. A mí, personalmente, me molesta cuando veo que no se recicla, o a una persona tirando una colilla en una playa.
Si a ti esto también te produce un escalofrío, ¡enhorabuena! ¡llevas la ecología en la sangre!
¿Cómo puede una persona saber si es realmente sostenible?
Medir el impacto exacto de cada ser humano en términos de recursos es realmente difícil. Hay que hacer una trazabilidad de cada uno de los materiales y de la energía que se usa en cada uno de los bienes que consumimos. Pero lo que sí que existe es una medida de sostenibilidad que es objetiva y que está al alcance de todos nosotros: la huella de carbono. Cada bien o cada servicio que adquirimos necesita energía para ser producido y transportado. La mayor parte de las veces es tan obvio como la huella de carbono del transporte (coche, avión, tren, …), pero otras veces no es tan obvio, incluso navegar por internet tiene su propia huella.
Para ser sostenible se necesita un balance neutro o positivo, es decir, si capturas o generas -al menos- la misma cantidad de dióxido de carbono de la que contaminas:
Pero si generas (contaminas) más dióxido de carbono del que capturas, entonces tienes un balance negativo.
Así, el objetivo de cada persona concienciada con el medio ambiente debería ser el alcanzar un balance de carbono lo más cercano posible a la neutralidad.
¿Pero cómo puedo capturar dióxido de carbono?
Capturar dióxido de carbono es muy sencillo: podemos plantar árboles.
Los árboles almacenan carbono al crecer, capturan el dióxido de carbono, generando oxígeno y combatiendo el cambio climático.
Pero no te preocupes si no puede ir al monte a plantar árboles, Reforestum lo hace por ti.
¿Cómo? Adquiriendo participaciones de bosques. Tú decides la cantidad que quieres adquirir en función de tu presupuesto o de la huella de carbono que quieras compensar. Desde un euro puedes participar y formar parte de la lucha contra la deforestación. Puedes ponerte de acuerdo con tus amigos, familiares o compañeros de facultad para colaborar todos juntos con aportaciones pequeñas.
A este sistema lo llamamos reforestación colaborativa. Con ayuda de más de 1.000 personas ya hemos conseguido reforestar 5 hectáreas en Palencia. Este bosque ya está registrado como proyecto de compensación de huella de carbono por la «Oficina española de cambio climático«.
Lo mejor de este sistema es que después puedes ir a ver “tus” árboles y saber que colaboraste para crearlo. ¿Te apuntas?
Nota: esto no es post patrocinado. De acuerdo con la política de este blog no he recibido compensación económica al mencionar este proyecto.