La resiliencia es la capacidad de adaptarse a los cambios y sobreponerse a situaciones adversas y difíciles que causan gran dolor emocional, esas situaciones que por ser tan feas y crueles no me atrevo ni a nombrar.
En ecología también se llama resiliencia a la capacidad de adpatarse, en este caso la capacidad que tienen los ecosistemas para adaptarse a los cambios y factores de estrés.
Si lo pienso detenidamente, las razones por las que ecosistemas y personas son capaces de sobreponerse a situaciones complicadas no son tan diferentes. Creo que en ambos casos depende de lo que hayas evolucionado y los recursos que tengas disponibles para afrontar los problemas que se puedan presentar.
No sé si me explico, pero por si acaso no me entiendes, pongo dos ejemplos.
Imagina un ecosistema muy simple, en el que hay pocas especies vegetales, que a su vez son comidas por una o dos especies herbívoras y a su vez son depredadas por una o dos especies de carnívoros. Si algo cambia en este ecosistema lo más probable es que el resto del sistema se vea afectado, y mucho. De la misma manera, una persona que no ha desarrollado relaciones sociales, con poca autoestima y con frecuentes pensamientos destructivos, se verá incapaz de asumir, por ejemplo, un despido en un trabajo que lleva desarrollando desde hace tiempo.
En la naturaleza, la falta de resiliencia se relaciona con la disminución de la biodiversidad, y en las personas con cualidades no desarrolladas por completo.
Desarrollar la resiliencia no es algo sencillo, pero sí necesario, ya que el cambio forma parte de la vida.
Para fomentar la resiliencia, los expertos recomiendan:
– Formar relaciones estables con amigos y familiares, y aceptar su ayuda.
– Fijarse metas realistas y planificar cómo llegar a alcanzarlas.
– Tener una visión positiva de nosotros mismos.
– Cuidarnos y valorarnos por nuestros logros y progresos.
– Dedicar tiempo a las actividades que se nos dan bien y nos gustan
Tareas nada fáciles, pero posibles y, sobre todo, necesarias. Si cada día intentamos avanzar un poco más en cada una de ellas poco a poco se puede afrontar cualquier cambio desde una perspectiva más constructiva.
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Un artículo genial. Se dice que los niños poseen esa capacidad de forma innata y se está estudiando su naturaleza. Quizá la clave está en la inmadurez de su sistema nervioso lo que me lleva a pensar que los adultos no estamos tan evolucionados después de todo. ;)
Que interesante la entrada. La verdad es que la salud mental hay que cuidarla mucho, sobretodo cuando hay cambios negativos en nuestras vidas. Buenos consejos, nos los tendríamos que aplicar siempre para ser felices y no perder el rumbo.
Un abrazo!
¡Muy buen artículo!
Unos consejos muy útiles que todos deberíamos aplicar en nuestras vidas.
Un abrazo :)
Hay que sacar provecho y saber sacar lo bueno de lo malo, de ese modo la recuperación puede ser favorable, y aprendemos mas de lo que podemos imaginar en el proceso.
Un abrazo :)
Sí, aunque parezca mentira ellos se adaptan mucho mejor a los cambios.
Un beso!
Sí, son cosas que aunque parezcan sencillas no lo son. La salud mental se olvida muchas veces se pesar de ser un pilar principal en nuestro bienestar.
Un saludo
Muchas gracias Mariam, me alegro de que te haya gustado.
Un saludo!
Sí, algunas veces no nos damos cuenta de que muchos cambios que suceden en no son tan importantes, lamentablemente nos damos cuenta cuando algo muy importante nos sucede.
Un saludo
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