Su fama aumentó tras aparecer en el anuncio de una empresa de refrescos, sin embargo Justo Gallego ya llevaba años construyendo su catedral. Aunque muchos de los vecinos de Mejorada del campo le llaman “el loco de la catedral”, Justo ha demostrado que no se necesitan estudios para llegar a construir una obra muy bella.
Su historia comienza después de una curación inesperada, entonces fue cuando Justo decidió construir una catedral en agradecimiento a Dios.
Esta historia resulta más sorprendente, no sólo estar construyendo este edificio sin grandes ayudas ni muchos conocimientos sobre construcción, sino porque la mayoría de los materiales empleados son reciclados.Además de ladrillos desechados de una fábrica cercana, alambres, tubos y vidrio son las materiales comunes en esta obra. Para realizar las columnas utilizó como moldes bidones de gasolina, el movimiento de materiales se realiza con poleas fabricadas con ruedas de bicicletas.
Precisamente por la peculiaridad de los materiales y la forma de construcción, Justo ha tenido problemas con las licencias de construcción, pero eso nunca ha desanimado a este hombre.
Al mirar la obra algunos podrán ver fe, reciclaje, locura o un genio, pero para pocos pasará desapercibida.