Las vías verdes es el nombre que reciben las antiguas estructuras ferroviarias que han sido adaptadas para la práctica de senderismo. Este es un gran ejemplo de aprovechamiento de los recursos no naturales introducidos en la naturaleza al final de su vida útil, integrando y aprovechando estos recursos para el disfrute de todos a los que les gusta este turismo sostenible.
Las antiguas vías son modificadas para poder ser usadas por los excursionistas a pie o en bici, y elementos, como apeaderos y antiguas estaciones, son usadas para distintos fines, como por ejemplo, el emplazamiento de restaurantes, puntos de información o albergues. La gestión de las vías verdes es llevada a cabo por la Fundación de Ferrocarriles Españoles, que ya ha logrado habilitar 1.900 kilómetros.
Estas vías, nos ofrecen la posibilidad de disfrutar del aire libre mientras hacemos ejercicio, pero también cumplen otras funciones.La primera función es fomentar la educación ambiental. Las vías verdes son aptas para personas con movilidad reducida, niños y personas mayores, permitiendo que todo tipo de colectivos conozcan la zona y tengan a su disposición este tipo de formación e información.
Otra consecuencia de la presencia de las vías verdes es la mejora de las áreas cercanas a ellas, y no sólo desde el punto de vista económico, sino que repercute en la vida cotidiana al promover hábitos de vida saludable. Por último, estos recorridos son una fuente de empleo, fomentando el desarrollo rural a la vez que colabora con la fijación de población en estas zonas, evitando así, el éxodo de sus habitantes hacia las ciudades, y dotándoles de una mejor calidad de vida.
John Cage