Hace más de un año decidí dar el paso a una vida con menos residuos. Cada año, coincidiendo con Julio sin Plástico, decido dar un paso para eliminar este material. Durante todo el año voy cambiando de hábitos, pero en ese mes hago un cambio de esos que he ido dejando de lado por pereza o porque creo que me pueden costar más.
El año pasado hice algo que siempre había dicho que no iba a hacer: me pasé a la copa menstrual
Seguro que ahora estás pensado que cómo fui capaz de posponer un cambio tan importante, así que te vuelvo a recordar:
- Tener un blog sobre vida sostenible no me hace perfecta.
- Sería muy sencillo contar que la uso desde hace años, pero prefiero que mi experiencia y opinión sincera te sea útil.
- Siempre digo que llevar una vida sostenible es un largo camino, y cada cual lleva su ritmo.
Volviendo a la copa menstrual, te contaré cuales eran mis prejuicios y cómo los solucioné.
- Requiere una inversión inicial en algo que no sé si voy a usar.
- ¿Esterilizar la copa en una olla? Eso no es para mí.
- La maldita talla. ¿Cuál uso?
- Y si la regla me baja de improvisto, ¿dónde llevo mi copa?
La inversión incicial
Bueno, la excusa primera, la del dinero, tan solo requiere un poco de valentía. Evidentemente, la posibilidad de que una vez comprada tuviese problemas con ella y no la volviese a usar existía, pero tras comparar precios vi que, de hecho, ni siquiera el coste inicial es muy elevado. Excusa número 1 desmontada.
Esterilizar
Aunque no te lo creas, descubrir que existía un esterilizador para la copa menstrual es lo que más me ayudó a decidirme. No preguntes por qué, pero lo de utilizar una olla para esterilizar no me gustaba nada. De hecho, por la comodidad que supone el esterilizador te recomiendo que elijas un modelo que lo incluya.
Talla
Lo de la talla, creo que todas las personas nos planteamos lo mismo, pero al final solo tienes que tener dos cosas en mente: Edad y si has tenido partos vaginales. Y el segundo factor es mucho más determinante que el primero, así que si tienes dudas ten más en cuenta el tema de si has tenido un parto vaginal.
Transporte
Lo normal en mí era llevar un tampón en el bolso por si acaso lo necesitaba, pero con la copa menstrual, ¿sería posible transportarla de forma sencilla? Por suerte, esto ya lo deben de haber pensado varias personas antes porque hay kits en los que la copa viene en un estuche. Así, los días antes de que te baje la regla puedes llevarla en el bolso y así estar preparada cuando aparezca.
Como ves, todas las excusas que me ponía para no dar el paso se fueron desmontando. Espero que si te encuentras en esta situación te haya ayudado para dar el paso definitivo. Yo, desde luego, estoy muy contenta con este cambio y lo recomiendo a toda amiga que me pregunta.
PD: Gracias a Sileu por el regalo y por ayudarme a convencer a una amiga más a que se pase a la copa menstrual 🙂
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Desde mi experiencia, a mí me ha salvado la vida la copa. Me resulta tan práctica y una forma tan fácil de evitar residuos, ahorrar a la vez y cuidarte, que me parece maravillosa. Lo de la esterilización es sólo la primera vez que la usas cada vez que te viene la regla, no es cada vez que te la tienes que poner... yo un cazo y cinco minutos hirviendo. En mi caso, al ser tremendamente regular, calculo fácilmente cuándo me toca, así que es sencillo. De todas formas un salva slip de tela puede ser una solución para los que no lo tienen tan fácil. En cuanto al gasto, son 20€ que no supone mucho teniendo en cuenta que tu salud también es importante: la copa no reseca porque no absorbe, sólo recoge, respetando 100% el flujo de tu cuerpo. Y siguiendo con la sostenibilidad, hay muchas marcas españolas que utilizan una silicona médica muy blandita y super cómoda. Yo he probado varias marcas y debo reconocer que las copas de ahora no tienen nada que ver con las de hace seis años, un abismo hay entre ellas. Desde aquí, animo a todas aquellas que estén dudando entre usarla o no. ¡Son todo ventajas!
Yo la llevo usando hace varios años y funciona muy bien, pero a veces me la pongo mal, de resto es solo habituarse.
Yo pensé que ponerla era lo más difícil, pero la primera vez me resultó más difícil sacarla. Suerte que solo fueron unos minutos de tensión en cuanto lo haces relajadamente no hay problema. A mi lo que más me gusta es que te despreocupas durante más tiempo de tener que estar cambiandote.
Saludos
Yo también les doy ánimo a quien esté planteándose comprarla. Yo me lo pensé muchísimo y ahora no me arrepiento para nada. El precio se amortiza rápido y luego te das cuenta de todos los residuos que has dejado de producir y piensas en por qué no te decidiste antes...
Gracias por el comentario.
Saludos.
Para mí el problema es que paso unas 14 horas fuera de casa de lunes a viernes, y no me veo capaz de lidiar con la limpieza de la copa, el riesgo de fugas y demás. Sé que está mal decirlo pero no me atrevo a dar el paso.
Buffff, mi experiencia con la copa ha sido nefasta. Me compré el tamaño pequeño porque era una chica joven de 24 y sin hijos, pero nada, fatal. Se desbordaba, tenía un millón de fugas, se me movía mogollón, súper difícil de poner y quitar, etc.
Al final no hubo forma con ella. Me animaron a probar otras marcas, pero no me atrevía a gastarme pasta para que me pasase lo mismo una y otra vez.
Reconciliarme con la copa es una de mis muchas tareas pendientes... después de dos embarazos y dos lactancias mi amiga “la roja” no me visita mucho, así que tendré que esperar para cumplir ese objetivo.